Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar la última exposición realizada sobre la obra de Chema Madoz, Las reglas del juego, que recopila sus mejores trabajos realizados entre los años 2008 y 2014.
La muestra, ubicada en la sala Comunidad de Madrid – Alcalá 31, formaba parte de la programación de PhotoEspaña 2015.
Las fotografías expuestas, un total de 124, mantienen el blanco y negro, tan característico de la obra de Madoz, pero en esta ocasión incorporan otros elementos apenas tratados por el artista previamente, como son la aparición de la escritura y el dibujo, o la presencia de animales y naturaleza en general.
El artista, en mi opinión, ha dado una muestra más de su capacidad para combinar objetos rutinarios con los que juega y sueña, creando con ellos un lenguaje visual en ocasiones poético, otras veces irónico.
En lo referente al discurso expositivo y la disposición de las fotografías, he de decir que me pareció que la sala no conseguía crear el efecto necesario para disfrutar de estas imágenes, en muchos casos oníricas, que Madoz nos propone; así, no invitaba a la observación pausada que estas obras normalmente exigen, ese momento de reflexión.
De cualquier modo no pude evitar recordar un comentario que el autor nos hizo en un curso, referente al intento de búsqueda de una historia tras sus obras, y es que mientras múltiples corrillos de visitantes se afanaban en entender el significado tras cada imagen, Madoz comentaba que él simplemente crea una relación entre objetos y la fotografía, sin más.
Y sin más, disfruté como un niño siguiendo el juego que el autor propone.
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